Inmersión cultural para la colaboración global

Hoy en día es fundamental para los gerentes de las organizaciones colaborar en distintas zonas geográficas y culturas. Para realizar negocios es necesaria la colaboración global y las interactuaciones se pueden realizar de distintas formas: interactuando con empleados, proveedores, clientes, empresas… y cada uno de ellos aporta sus beneficios a la consecución de objetivos en la organización. 

Sin embargo, estas colaboraciones en diferentes culturas llevan consigo varios desafíos, entre los que se encuentran los malentendidos culturales, negociaciones gestionadas ineficazmente, falta de confianza, distancia física, barreras de lenguaje y la alineación de equipo. Todo ello a consecuencia de distintas maneras de comunicarse entender, pensar y actuar. 

Dado que las diferencias culturales son notorias en ocasiones, parece interesante aprenderlas y entenderlas, de forma que el trabajo con personas de otros países sea más fácil. A esto se le denomina “inteligencia cultural”, es decir, evaluar las formas de interacción, observar las diferencias con respecto a las propias  y saber gestionar circunstancias desconocidas.

No sólo están las diferencias culturales en la religión, grupo étnico, o personas de un país concreto, sino también en grupos más reducidos como es un determinado departamento de una empresa, o los miembros de una familia. Si nos centramos en lo referente en una cultura nacional, las manifestaciones de una cultura pueden diferenciarse entre los perceptibles, como formas de conversación o contacto visual; y los invisibles, como los roles en la sociedad y el equilibrio entre la vida personal y profesional.

Con el objetivo de desarrollar la inteligencia cultural, tan necesaria para la colaboración global, se pueden seguir los siguientes tres pasos: creer en el propio éxito ante el desafío que supone comprender otras culturas, aprender mediante la observación y la atención cuando se interactúe y adoptar nuevos comportamientos y modificar el lenguaje corporal para coincidir con las costumbres de la cultura que se está aprendiendo. Además, para seguir con este aprendizaje se puede recurrir a novelas o ensayos que traten sobre la cultura de un país, atender un curso de inmersión, buscar un mentor que pueda ayudar a familiarizarse con la cultura o ver documentales de la misma. 

Por su parte, para que se llegue a la colaboración global, es necesaria la confianza con proveedores, clientes, equipo… La confianza hace que las negociaciones sean más eficientes, se consigan aclarar los malentendidos provocados por hablar distinto idioma, se trabaje de forma alineada por un objetivo común y se resuelvan complicaciones causadas por la distancia geográfica. Para desarrollar esta confianza, se pueden utilizar tres estrategias: fomentar el entendimiento, con reuniones cara a cara o promoviendo el entendimiento cultural; mostrar la capacidad de los colaboradores y concretar objetivos, seguir el progreso y proporcionar retroalimentación continua.

Las negociaciones pueden suponer un asunto delicado, y si además son entre personas de culturas diferentes, pueden suponer algo más difícil. Los enfoques pueden ser muy diferentes a la hora de cerrar un acuerdo, habiendo diferencias, por ejemplo, en centrarse en los aspectos negativos, retener informaciones o valorar la flexibilidad en el acuerdo, entre muchas otras. 

Para llevar a cabo negociaciones por todo el mundo se pueden seguir los siguientes pasos: 

  1. Definir el éxito de cada parte 
  2. Investigar a los socios
  3. Considerar las expectativas 
  4. Fomentar la confianza 
  5. Personalizar el enfoque 
  6. Mantenerse flexible 

Asimismo, las barreras lingüísticas pueden suponer complicaciones entre las distintas partes de la negociación, es por ello que entender el idioma es fundamental para que no haya malentendidos. Por tanto, si los distintos participantes en dicha negociación tienen distintas competencias de idioma, se debe llevar a cabo una comunicación inclusiva. Por su parte, la formación en idiomas en la empresa es un elemento esencial para así reducir las barreras lingüísticas.

Para llevar a buen término las negociaciones es importante poder superar las distancias geográficas y las dificultades comunicativas (correo electrónico, conferencias), además de abordar las diferencias de conocimiento. Todo ello supone desafíos de un equipo global, sin embargo, la identidad compartida o la asignación de responsabilidades o roles hacen que las decisiones sean más fáciles de tomar. 

Con todo lo analizado, se puede apreciar la necesidad de integrarse en la cultura de las personas con las que se negocia con el objetivo de llegar a un mejor consenso. 

Referencias bibliográficas:

Spark. | Harvard ManageMentor. (2021b). HMM Spark. https://myhbp.org/hmm12/content/global_collaboration/landingpage.html

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